Ecuador es el segundo país de América Latina en despenalizar la eutanasia, «La autoridad está sobre Dios»
El tribunal constitucional del país votó a favor de permitir que los médicos ayuden a los pacientes a morir, anunciando que ya no se considerará un delito de homicidio la acción de los médicos que trabajen para preservar el derecho a tener una muerte digna.
La decisión viene tras la demanda presentada por Paola Roldán, quien sufre de una enfermedad neurodegenerativa llamada esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad poco común que afecta las células nerviosas del cerebro y la médula espinal, causando la pérdida de funciones motoras.
Según estudios médicos, esta enfermedad afecta aproximadamente a cinco de cada 100,000 personas en todo el mundo y hasta el momento no existe una cura conocida. Paola desafió un artículo del código penal que consideraba la eutanasia un delito de homicidio, castigado con una pena de prisión de 10 a 13 años.
“Quiero descansar en paz”, dijo en una audiencia judicial en noviembre.
Así pues, el tribunal determinó que «no sería justificado exigir la responsabilidad de preservar la existencia a alguien que atraviesa esta circunstancia».
«Todo ser humano puede tomar decisiones libres e informadas cuando su desarrollo personal se ve afectado, lo que incluye la elección de poner fin al intenso sufrimiento causado por una lesión corporal grave e irreversible o una enfermedad grave e incurable”, determinó el tribunal.
Después de la determinación, Paola expresó que su nación se convirtió en un lugar «más acogedor, libre y respetuoso». No obstante, su padre, Francisco Roldán, manifestó sentirse perplejo. Indicó que la familia se encontraba «extremadamente triste porque existe la posibilidad de que el desenlace sea la muerte de mi hija».
Según la información de BBC News, ahora el Congreso deberá redactar y dar luz verde a un proyecto de ley sobre la eutanasia. Se estima que su implementación pueda prolongarse durante varios meses.
Durante el proceso de discusión en la opinión pública acerca de la eventual legalización del suicidio asistido en Ecuador, un individuo que se identifica como cristiano y también sufre de ELA ha expresado su desacuerdo con la eutanasia, argumentando que únicamente Dios posee la autoridad sobre la vida y la muerte.
“No es el camino que voy a tomar. La autoridad sobre la vida y la muerte no está sobre mí, sino sobre Dios”, dijo Silvio Alvarado, de 38 años, a ACI Prensa.
Hace tres años, a Silvio le fue diagnosticada Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Aunque le resultó difícil aceptar el diagnóstico y experimentar una pérdida progresiva de sus habilidades físicas, afirmó sentirse en calma y recibiendo amor y cariño diario de su esposa, Paulina Oña, y sus hijos gemelos, Inti y Nina. En la actualidad, Silvio se encuentra completamente inmovilizado y ha perdido la capacidad de hablar. Sin embargo, cuenta con la ayuda de Paulina, quien lo asiste en su movilidad usando una silla de ruedas y en la comunicación.
«Jesús me comprende porque conoce la aflicción en mi corazón y también el sufrimiento físico que experimento», expresó Silvio.
“El sufrimiento y todo lo vivido en estos tres años nos permitió acercarnos a Dios. Entonces Cristo se convirtió en nuestra única esperanza”, dijo Paulina.
“Ahora entiendo que el amor, la paciencia y la fortaleza fueron proporcionados por la gracia y la misericordia de Cristo. Me apoyó desde el primer segundo que recibimos el diagnóstico”, añadió.
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