Miles de cristianos coreanos se reunieron para recordar la reforma protestante y para rechazar y resistir la ideología LGBT.
En la tarde del Domingo de la Reforma, miles de cristianos se reunieron para un servicio de adoración conjunto para "unirse por el arrepentimiento, el renacimiento y la restauración de la santidad en nuestra sociedad".
El servicio de adoración conjunto sin precedentes reunió a las iglesias coreanas de todas las denominaciones mientras afirmaban el matrimonio y la familia tradicionales y oraban por su nación.
El detonante inicial del evento fue una ley contra la discriminación que los líderes cristianos coreanos temen que allane el camino para el matrimonio homosexual y, en última instancia, abra el país a la ideología trans que dañaría a las familias y restringiría las libertades de las iglesias para vivir su fe. Señalan a los países occidentales, como el Reino Unido y Canadá, como señales de advertencia de lo que podría estar por venir a menos que los creyentes se pongan de pie en este momento.
Tres sermones predicados durante la tarde destacaron la importancia de que la Iglesia no permanezca en silencio, para poder salvaguardar a las familias y los niños, con un pastor orando a Dios: "Por favor, acepta nuestro arrepentimiento y protege a nuestras familias".
El evento también contó con oradores del Reino Unido y Alemania que instaron a los cristianos coreanos a no seguir el mismo camino que han visto en sus propios países y, en cambio, ser un faro para las iglesias de todo el mundo y hacer brillar la luz de la verdad de Dios.
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