¿Por qué se le permite al diablo cegar a la gente al Evangelio? Jhon Piper respondió esa pregunta en su mas reciente episodio de su podcast.
El pastor John Piper explicó recientemente por qué Satanás puede ejercer un poder tan inmenso sobre el mundo espiritual, especialmente cuando se trata de cegar a las personas ante el Evangelio.
En un episodio reciente de su podcast “Ask Pastor John” , Piper, de 78 años, rector del Bethlehem College and Seminary en Minneapolis, Minnesota, dijo que recibe más preguntas sobre Satanás que sobre cualquier otro tema bíblico.
Piper reconoció la naturaleza misteriosa de estas preguntas, señalando que aunque la Biblia insinúa la caída en desgracia de Satanás como ángel rebelde, los motivos exactos siguen siendo difíciles de alcanzar.
"Eso no es fácil de explicar. No creo que tengamos una explicación suficiente para ello. Esa es una de esas cosas que por ahora están envueltas en un misterio".
La influencia de Satanás es palpable desde el Génesis hasta el Apocalipsis, dijo Piper, y agregó que las Escrituras son claras en que el diablo es una presencia ubicua, que tienta, engaña y obstruye el viaje espiritual de la humanidad.
Piper señaló varios relatos bíblicos donde el poder destructivo de Satanás es evidente, como en la parábola del sembrador, donde Satanás arrebata de los corazones las semillas que representan la Palabra de Dios, dejando a las personas espiritualmente estériles. Además, el apóstol Pablo advierte que el " dios de este siglo " ciega las mentes de los incrédulos para impedirles reconocer la luz del Evangelio de Cristo.
“¿Por qué Dios permite ese poder cegador, ese poder que roba palabras?” Dijo Piper. “Creo que la clave está en el hecho de que si Dios hubiera eliminado a Satanás para que el único enemigo a vencer fuera nuestra propia depravación humana, faltaría parte de la gloria del triunfo de la salvación”.
Según Piper, al permitir que persista la presencia de Satanás, se magnifica el triunfo de Dios al superar tanto la ceguera de la depravación humana como el engaño de Satanás.
"Dios nos está mostrando la doble prisión en la que estamos", dijo Piper. “Estamos doblemente oscuros: la oscuridad de nuestros propios grilletes alrededor de nuestras muñecas y tobillos, y la oscuridad de las puertas cerradas de Satanás; como Pedro en prisión, tuvo que tener las manos libres, luego tuvo que tener las puertas libres y las puertas libres. ".
El teólogo sostuvo que si Satanás hubiera sido vencido antes, se habría glorificado el poder de Dios, pero no su belleza superior. El verdadero milagro de la conversión reside en la claridad que aporta, al revelar que el valor de Cristo es incomparable a cualquier cosa que ofrezca Satanás.
“Somos tan corruptos que no podemos ver que Cristo es una belleza superior, un valor superior, una grandeza superior y, por tanto, una satisfacción superior a todo lo demás. En nuestra depravación, estamos ciegos a todo eso”.
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